Este post va dirigido a esos padres que, en muchas ocasiones, se frustran intentando ayudar a sus hijos con los deberes. Muchos padres se dirigen a mí preocupados ante sus intentos de ejercer como profesor de refuerzo de sus hijos. Siempre les recuerdo que es una cuestión de roles. Me refiero a que los padres tenéis durante las 24 horas del día el rol de padres y, vuestros pequeños, de hijos. Vosotros, como adultos, intentáis cambiar ese rol al rol de docente o profesor durante el rato de estudio, pero veis que vuestro hijo no hace el cambio al rol de alumno con vosotros. En muchas ocasiones, no es cuestión de que se os dé mal el nuevo rol de docente, sino que vuestro hijo no puede ni quiere hacer el cambio de rol con vosotros, por lo que seguirá viéndoos como padres y con poca autoridad como docentes.
En algunos casos, no queda más remedio que acudir a profesionales para que ayuden en las tareas escolares en casa, pero obviamente es una opción costosa y no siempre viable para la economía de la familia. Por ello, hoy os quiero dar algunos consejos de cómo podéis ayudar a vuestros hijos con los deberes y los estudios:
- Ofrece un espacio de estudio adecuado, libre de distracciones. Intenta disponer en casa de un lugar de estudio para tu hijo, que no disponga de TV, ordenador, juegos, ruidos exteriores, etc. El lugar debe de ser cómodo y puede ser una buena actividad el decorar o adecuar ese lugar juntos. A veces, por espacio y posibilidades, no queda más alternativa que la mesa del salón, o la misma habitación del niño. En esos casos, intenta igualmente que, antes de empezar el estudio, el lugar quede despejado y libre de distracciones.
- Intenta explicar las materias como las explican en el colegio. Como vosotros fuisteis al colegio hace años, quizás os enseñaron las materias de otra manera y algunos métodos actuales os parecen difíciles o poco entendedores. Es comprensible. Sin embargo, no intentéis inculcar vuestro método porque sea «mejor», ya que eso puede crear confusión en vuestro hijo. Intentad comprender el método que le han explicado a vuestro hijo en el colegio y hacerlo vuestro también.
- Ofrece pausas y tiempos de descanso. Es muy importante ir haciendo pequeñas pausas (de unos 10 o 15 minutos) después de cada 45-60 minutos de trabajo continuado. Por mucho trabajo que traiga tu hijo a casa, no pretendas que esté toda la tarde seguida hasta acabar. A medida que pasa el tiempo de trabajo sin descanso, la capacidad de concentración va en descenso y se es menos productivo. Antes de empezar el tiempo de estudio, el niño ha de saber cuáles serán los tiempos de descanso y qué actividades podrá hacer durante los mismos (por ejemplo, ver la TV, jugar a algún juego, etc.). Es igual de importante, que estos minutos de descanso no sean ni más largos ni más cortos de lo que hemos acordado.
- Elogia la autonomía y los logros de tu hijo. Aunque te sientes a ayudar a tu hijo, es importante elogiar los logros que vaya haciendo y fomentar la autonomía en las actividades. La idea de ayudar a tus hijos en los estudios, es que sean autónomos y no necesiten que te sientes toda la tarde con ellos. Para conseguir esto, puedes animarlos a hacer actividades solos poco a poco, siempre sabiendo que tendrán tu apoyo y que les ayudarás cuando no sepan hacer un ejercicio.
- Fomenta el uso de la agenda. Es importante que, desde pequeño, tu hijo sea consciente de la importancia del uso de la agenda para una buena planificación y organización del tiempo de estudio. Para ello, podéis revisar juntos las tareas anotadas cuando venga del colegio.
- Enseña buenas técnicas de estudio. Fomenta una buena lectura de los enunciados y temas, así como la realización de resúmenes o esquemas. Ayuda a tu hijo a conocer la importancia de repasar todo lo que haga, y no tener prisa en la finalización de las tareas.
A estos consejos se le podrían añadir mil más, y seguro que, en vuestra labor como padres, día a día vais adquiriendo nuevas estrategias para ayudar a vuestros hijos. De todos los consejos que os pueda dar, el más importante es que siempre que ayudéis a vuestros hijos, lo hagáis armados de paciencia y, sobretodo, con mucho cariño y respeto, ya que el aprendizaje no es tarea fácil.
Eva Molero Psicóloga colegiada 20.974