El año pasado me encontré en una situación personal muy difícil; tras una separación que acabó por un divorcio, cambió mi vida de un día para el otro. Me sentí descolocada en el mundo que me había creado durante estos años de vida y proyectos comunes. Con mucha suerte, me llegó la oportunidad de seguir una terapia individual con Eva para intentar superar la situación, intentar entender lo pasado y poner nuevos objetivos en mi vida. Durante 4 meses, a razón de una vez por semana, hemos ido a buscar la esencia de las razones que me hicieron llegar a este estado de perdición e inseguridad conmigo misma. Fui descubriéndome poco a poco, aprendí a conocerme mejor para gestionar estos sentimientos de la vida que nos tiran para abajo, o que al contrario, pueden hacernos avanzar.
Me gustó la manera con la que Eva se acercó a mí y llevó a cabo la terapia, acabando con los objetivos que habíamos fijado juntas. Con paciencia, pertinencia y análisis, me parece que adaptó en cada sesión, sus métodos a mi carácter y mi manera de ser y pensar. Además, el castellano no es mi lengua materna y hablar de cosas tan personales y abstractas me resultó complicado a veces. Eva no solo llevó la terapia a su manera, también supo interpretar, escuchar cuando necesitaba hablar de otra cosa de lo previsto y me dejó adaptar los ejercicios cuando lo juzgaba necesario. Fue un trabajo de equipo.